
Al Padre Gilbert lo conocí en la comunidad de San Roque, para las festividades patronales donde realizamos nuestro tributo al Santo. De ahí en más lo veía en las misas. Fue tomando popularidad y convocatoria. Su misión en Santiago del Estero fue creciendo en importancia. Las sanaciones que realizaba, los miles de fieles que asistían a cada encuentro en busca de alivio y también gratitud. Un ser excepcional Gilbert que durante estos años ayudó con su oración, su espiritualidad y su misión a muchas personas. Es por eso que nos reunimos el 7 de Marzo para despedirlo con nuestra música y nuestro canto, para agradecerle por la ayuda brindada a tantos hermanos con dolencias y enfermedades. Vamos a extrañar al cura de Costa de Marfil. Gracias Padre Gilbert por su amistad y por la ayuda a tantos hermanos. Éxitos en Liniers, lo esperamos en Santiago con los brazos abiertos.
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